¿Estás pensando en comprar un auto y no sabes cómo financiarlo? El mercado ofrece múltiples opciones. Crédito automotriz, compra inteligente o utilizar tarjeta de crédito son algunas de las opciones más comunes al momento de decidir como adquirir esta deuda, pero la pregunta es, ¿cuál es la mejor opción?
Crédito convencional
Los créditos automotrices son los más comunes a la hora de pensar en la compra de un auto. Entre 12 y los 60 meses van los plazos de pago y además estos pueden ser fijos o variables mes a mes.
En este caso, el problema es qué tan variable puede ser el valor final de compra. Generalmente entre más largo sea el periodo del préstamo, más alto será el costo total a pagar. Esto no es al azar, y se debe a que entre más tiempo mantengamos esta deuda, más serán los intereses que debamos pagar y, por lo tanto, el valor final será más alto.
Usualmente para acceder a esta forma de pago es necesario realizar un abono de entre un 20% y un 50% del total del vehículo. Una vez saldada esta primera parte, los pagos del crédito comenzarán en un periodo máximo de 90 días desde la firma del contrato y su correspondiente pagaré. Esto tiene como ventaja que durante ese periodo de tiempo tu podrás elegir cuando comenzar a pagar.

Compra inteligente
En el caso de la compra inteligente o crédito inteligente, las condiciones son relativamente similares. Los plazos de pago son tres; 25, 27 o 49 meses, donde al final del periodo podrás elegir tomar la opción de conservar el vehículo, devolverlo o cambiarlo.
¿Cómo funciona esto? La lógica de este sistema es que al principio del proceso se entrega un pie correspondiente a un monto entre el 20% y el 49% del total del auto, pagando en cuotas de menor tamaño lo restante y dejando un 40% o 50% del total del vehículo para la última cuota.
Es ahí donde entra en juego la compra inteligente. Al momento de llegar al último pago, el comprador tendrá la opción de mantener el vehículo y abonar el porcentaje restante en una sola cuota, devolver el auto y quedar sin deuda o cambiar el modelo por otro, dando el auto en parte de pago a la automotora y obteniendo un nuevo automóvil.
Tarjeta de crédito
La última opción y una de las más utilizadas en el día a día es comprar mediante una tarjeta de crédito. Esta es una opción poco utilizada en el mercado automotriz, pero podría ser una buena opción en caso de encontrar buenas tasas de interés en los bancos o alguna buena oferta en lo que respecta a las cuotas sin interés.
Eso sí, un tema que conlleva este método de pago es que en caso de no encontrar situaciones favorables para su uso, se podría terminar pagando un 50% o 100% más del valor total del vehículo. A raíz de esto, es que se recomienda revisar bien la oferta y evaluar si es favorable para la economía personal.