En el trimestre julio-septiembre, menos mujeres registraron deudas impagas. Sin embargo, factores como la brecha de género en el ámbito laboral y el impacto que la inflación tiene en sus sueldos, estarían impactando en que los montos de sus deudas vayan al alza.
El complejo escenario económico que afecta al mundo entero está generando incertidumbre en las economías locales sobre el nivel de endeudamiento de la población el cual, entendido como un reflejo de la actual crisis, podría seguir aumentando en los próximos meses. Una situación que en el caso de Chile se acentúa en las mujeres, quienes presentan una disminución en la cantidad de personas con deudas impagas, pero un alza en el monto de esos pagos pendientes.
Así lo demuestra el 38° Informe de Deuda Morosa, desarrollado por la Universidad San Sebastián y Equifax, el cual detalla que, luego de tres períodos al alza, durante el trimestre julio-septiembre de este año se evidenció una disminución en el número de mujeres con deudas impagas, cifra que se ubicó en 2.113.312 -alrededor de 15 mil menos que en marzo pasado-, pero también alertó un incremento del 3% en su deuda promedio, que llegó a $1.315.708 y marcó la brecha más baja desde junio de 2020 en comparación a la mora de los hombres, que asciende a $ 2.567.383.
La brecha laboral y la capacidad de acceso a crédito son algunos de los factores que inciden en la disminución de la cantidad de mujeres endeudadas pues la recuperación del empleo femenino ha mostrado ser más veloz que en el caso de los hombres. “Esto podría explicar la caída en la cantidad de mujeres morosas, pues sabemos que cuando aumenta el empleo, cae la morosidad”, asegura Alejandro Weber, decano de Economía de la Universidad San Sebastián (USS).
“La mora de las mujeres ha mostrado un alza en lo que va de 2022, lo que puede tener relación con el impacto que la inflación tiene en los sueldos de ellas”, analiza Ignacio Bunster, director de Asuntos Corporativos de Equifax, sobre la base de los Índices Nominales de Remuneraciones (IR) y del Costo de la Mano de Obra (ICMO), elaborados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que registraron alzas en 12 meses de 9,8% y 9,3%, respectivamente. “Descontando la inflación, las remuneraciones reales cayeron en el último año un 3% y un 0,6% en el mes de julio de este año, acumulando una variación de -1,9”, destaca.
Esta disminución tendría un mayor impacto en las mujeres, que no solo tienen una menor participación en el mercado laboral, con un 49% versus un 70% en el caso de los hombres, sino que también deben enfrentar una brecha salarial que, según cifras de la OCDE, llega al 8,6%. Es decir, a igual tarea y calificación, una mujer gana casi un 9% menos que un hombre.

Reflejo de la economía
Aun cuando en los últimos años se ha visto a nivel nacional una proliferación de emprendimientos liderados por mujeres como una forma para generar ingresos extras, este fenómeno no tendría relación con el aumento de los niveles de endeudamiento como sí podría tenerlo el acceso a créditos en el caso del retail. “Las mujeres quieren crear sus propios emprendimientos para mejorar su calidad de vida y prosperar, no para dejar de endeudarse”, asegura Lorena Gallardo, CEO de Fundadoras.
De hecho, la mayor cantidad de morosidades se concentra en tarjetas de crédito de casas comerciales y supermercados, pues “muchas mujeres, para sacar adelante sus hogares, han tenido que acceder a créditos, principalmente en el retail, cuyas barreras de entrada son más bajas que las de los bancos pero cuy as tasas de interés son mayores”, explica el académico de la USS.
Si además de esto se consideran los datos del IPC que muestran un aumento en el valor de la canasta básica del 22% en los últimos 12 meses y que los gastos asociados a vivienda y servicios básicos experimentaron un alza de un 10,1%, es posible concluir que el aumento en el costo de la vida está afectando en mayor medida al género femenino.
“La morosidad es un síntoma, una expresión del estado de nuestra economía. Con una economía estancada, la morosidad seguirá subiendo, aproximándose a los niveles pre pandemia”, proyecta Weber, haciendo alusión a la necesidad de crear más y mejores empleos como una respuesta para hacer frente a los niveles de endeudamiento. Y es que el aumento en los niveles de desempleo, la contracción en los niveles de inversión, el aumento sostenido de la inflación y la falta de crecimiento económico proyectado para el país en 2023, podrían seguir configurando un escenario perfecto para generar un nuevo aumento en los niveles de morosidad, especialmente en las mujeres.