Al iniciar un nuevo negocio, es común sumergirse en una desorganización financiera que a muchos, puede complicar. Lo cierto, es que al convertirse en el líder de un emprendimiento, es absolutamente necesario llevar un orden de las cuentas, inversiones y gastos que se generan como parte del negocio.
¿Cómo hacerlo? Equifax, a través de su programa Finanzas en Simple, te da algunos consejos.
1. Organiza tu información financiera
En la medida en que tienes un panorama general de la liquidez de tu negocio podrás tomar decisiones de forma más acertada. Analiza cuáles son los gastos fijos para saber cuánto debes destinar quincenal, mensual o semestralmente para ellos. Lleva registro de todos los ingresos de tu empresa. Puede que sean muy fluctuantes al principio, pero esto te permitirá contar con un histórico.
2. Tiempo significa dinero
Debes enfocar parte importante de tu atención en tu emprendimiento, pues las distracciones sólo te alejarán de tu objetivo. Puedes establecer horarios, armar tu agenda, organizar tus tareas y prioridades. Así aprovecharás el tiempo que debes invertir en tu negocio. Recuerda que si controlas tu tiempo, también controlarás tus finanzas.
3. Fija un plan financiero
Las metas sirven para no perder de vista nuestro objetivo y no desviarnos en el camino. Así que una de las primeras cosas que debes hacer es trazar un plan. Fíjate un objetivo principal y a largo plazo que te ayude a ver cuál es el norte o propósito de tu negocio. A su vez, fija pequeñas metas mensuales; estas te incentivarán y te ayudarán a no decaer.
4. Procura tener ahorros para emergencias
Contar con un respaldo económico es fundamental. Es probable que tu empresa al principio tenga mucha inestabilidad, especialmente por los costos iniciales, y debes prepararte. Es importante que destines mensualmente una cantidad de dinero que te permita ir creando ese colchón financiero. Si ese colchón pudieras tenerlo antes de embarcarte en tu emprendimiento, mucho mejor, ya que varios negocios empiezan a ver ganancias después de un tiempo.
5. Acepta toda la ayuda que puedas
Hay algunas revisiones que necesitan de terceros para que tu negocio se mantenga en pie y funcione. Es necesario que contrates a un auditor o contador. Puede que tu empresa aún sea muy pequeña, pero es importante que desarrolles el hábito de la auditoría.